Nota de intención

Muchas noches, muchas mañanas después, cierto día, nació el primer hombre bailarín. Solo, giraba sobre sí mismo, nadie más le tomaba de los brazos, así que optó por la mujer como compañera. Era mejor bailar en pareja, pero enseguida llegó el deseo de recrear figuras nuevas. Al efecto, invitaron a otras criaturas a que se unieran a ellos. Y así es como se multiplicó la humanidad. Pasó el tiempo, se desarrolló la danza barroca, la romántica y la clásica. Hasta el momento en el que la tentación de una coreografía más kubre sopló las velas de un alma encantada. Giro tras giro, flor, mariposa, llam o tempestad, Loïe Fuller les fascinó con su « Danse Serpentine ». Junto con ella, varios artistas del Nuevo Mundo aportaron nuevas aspiraciones : Isadora Duncan, en busca de movimientos innatos del ser humano, bailó la quinta sinfonía de Beethoven, ésa que la orquesta inicia con un ¡ pom, pom, pom, pom ! Incapaces de resistirse, mordieron la manzana. Luego vino Doris Humphrey. Para ella, « caer y volver a levantarse » constituía la esencia misma del movimiento. Se abría un nuevo horizonte para la danza. Adán y Eva se encaminaron hacia él, dejando atrás el Paraíso. Por el camino, juraron que evolucionarían a costa del sudor de su frente, aunque fuera doloroso inventar nuevos pasas. Y entonces Caín se abalanzó sobre Abel… Thierry Malandain

Premios y distinciones

Medios de comunicación

Una creación magistral de un coreógrafo que, cual Prometeo, transmite el fuego sagrado a sus criaturas : los extraordinarios artistas del Ballet de Biarritz.

Le Figaro, René Sirvin • 23 de junio de 2003

 

Une obra de gran calidad, con una exigencia técnica del más alto nivel que el extraordinario Ballet de Biarritz ejecuta con una perfección convincente.

El Diario Vasco, Ana Remiro • 21 de junio de 2003

 

Malandain hace gana de gran inventiva tanto en los corales como en los dúos. Éstos son tan variados como las personalidades de los intérpretes, Éstos son tan variados como las personalidades de los intérpretes, […] bailarines extraordinarios capaces, cada uno a su manera, de trasmitir el estilo poderoso y terrenal de Thierry Malandain.

Ballet 2000, Sonia Schoonejans • julio de 2003

 

La ligereza, la audacia de una poesía coreográfica, plena de contrastes, se impone gracias a bailarines cuya sensualidad atlética es una evidencia.

Danse, Danse, Danse, Emérentienne Dubourg • junio de 2003

 

Uno se siente exultante tras una creación como ésta, llevado hacia algo que te simplifica, que ta eleva. […] Admiración también por la modestia y la cultura de un Thierry Malandain que siempre está en busca de lo inaccesible. Admiración por los bailarines del Ballet Biarritz.

Danse, Sylvia Chaban • septiembre de 2003

 

Ballet Biarritz es una compañia disciplinada, que evoluciona con entusiasmo y naturalidad. El conjunto muestra una firmeza y un rigor remarcables. Probablemente sea una de las características de la compañia, la presición que emana de su trabajo escénico. […] Création es una obra coreográfica llena de encanto, en la que Malandain nos ofrece su visión de la historia de la danza y de la humanidad. Y sus bailarines la viven con auténtica pasión.

El Correo, Karmelo Errekatxo • enero de 2004

 

El Ballet Biarritz se presentó en el Festival de Ballet de La Habana con un espectáculo de su magnífico coreógrafo : un esteta que aborda la materia de los cuerpos con profundidad y perfección. […] Sus catorce bailarines son una fuente de energía permanente sobre el escenario y demuestran un dominio pco común de sus cuerpos, siempre radiantes, elocuentes y expresivos.

Cubarte, Anubis Galardy • noviembre de 2004

 

Este ballet presenta une construcción magistral, heredera de una magnífica escritura coreográfica.

Figaro Magazine, François Deletraz • 27 de junio de 2003

 

Su último espectáculo es un monumento.

Madame Figaro, Ariane Bavelier • 21 de febrero de 2004