Pulcinella

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18

mayo

Créé

  • el 16 de abril de 1991 por la Compañía Temps Présent En el Esplanade de Saint-Etienne

Nouvelle Production

  • Malandain Ballet Biarritz 19 de mayo de 2001, Gare du Midi de Biarritz

Musique

  • Igor Stravinski 4

Chorégraphie

  • Thierry Malandain

Décor et costumes

  • Jorge Gallardo

Conception lumières

  • Jean-Claude Asquié

Ballet

  • para 12 bailarines

Durée

  • 38 minutos

Nota de intención

Una irrupción en la comedia del arte con sus impertinencias, sus situaciones burlescas, sus personajes grotescos. Con el pretexto de divertir a la galería, hay disfraces, bravuconadas, bromas. A veces hay drama, pero no dura demasiado tiempo porque al final todo el mundo termina casado como corresponde. El origen de la creación de este ballet es un manuscrito titulado "I Quattro Pulcinelli", descubierto por Serge Diaghilev en Nápoles. Dicho texto inédito contenía varios esbozos centrados en un personaje de la commedia dell’arte : Pulcinella. Diaghilev encargó a Igor Stravinsky la orquestación de una música atribuida a Giovanni Battista Pergolesi y se presentó el ballet el 15 de mayo de 1920 en París, con coreografía de Léonide Massine y decorado y vestuario de Pablo Picasso.
Thierry Malandain

Sinopsis

La acción se desarrolla en Nápoles y cuenta las aventuras amorosas de Pulcinella. Éste, pese a su amor por Pimpinella, no puede evitar seducir a toda mujer que se encuentre, de Rosetta a Prudenza, e incluida Tartaglia, la madre. Su infidelidad le jugará malas pasadas hasta que todo se resuelve y los personajes se comprometen en justos esponsales. Etimológicamente el origen del nombre de Pulcinella, cuya nariz y vientre le dan cierto aire de ave, proviene del término latino pullus gallinaceus o, más comúnmente, gallina. Dicha definición permite asignar al héroe del ballet los rasgos de un gallo de corral, juguetón y libertino. Se trata de una comedia rebosante de ingredientes de la commedia dell’arte, un arte sin subtítulos cuyo espíritu, sabor y naturaleza jocosa he querido conservar.
Thierry Malandain

Medios de comunicación

Thierry Malandain tiene catorce bailarines fantásticos, que hacen legible y dinámica su mezcla curiosa de movimientos idiomáticos y clásicos. [...] Pulcinella pasa a ser una historia nueva, agradable y ligera con aventuras de personajes napolitanos obscenos y afrancesados. Todos bailan bien, especialmente Cyril Lot –Pulcinella- y Nathalie Verspecht, bailarina clásica poderosa. [...]
The New York Times, Anna Kisselgoff • 7 de noviembre de 2002
 
La relectura de Thierry Malandain se inscribe en el respeto y la trasgresión. […] El coreógrafo no traiciona jamás el espíritu lúdico, tierno y endiablado de Pulcinella. Los bailarines se zambullen en una teatralidad típica de la comedia del arte, sin olvidar sus cuerpos en ingravidez. El sexo y la muerte pasan a ser burlescos, sin perder ni su belleza ni su sacralidad.
L'Express, Alexandre Caldara • diciembre de 2004
 
No te has atrevido a decirle que se trata de un ballet: temes que responda que el ballet es cosa de chicas. Tampoco te has atrevido a contarle que se trata de una historia de amor: podría encoger sus hombros de diablillo desdeñoso. Solo le has dicho que es Pulcinella, en el Théâtre du Passage, y que es un espectáculo infantil… Por lo que, evidentemente, cuando el ballet comienza con un decorado gris minimalista y faldas de color pastel, y con Stravinsky de trasfondo, te preguntas si aguantará una hora. Cuando hace la primera pregunta –“¿Cuándo van a contar la historia?”- susurras que, en realidad, la narran con sus cuerpos, sus gestos y que aunque no haya palabras la entenderá... Y entonces se produce el hechizo. Como siempre. El niño está enganchado a la historia; lentamente, se ha visto atrapado por la magia de la música y la fluidez de movimientos. Echas un vistazo al resto de la sala: clavados en sus asientos, los demás niños han caído en el mismo encantamiento. Ni un suspiro. Ni un “¿Cuándo termina?”. ». Es bonito. Y punto. En el escenario, el doctor resucita a Pulcinella, cuyo único defecto es ser una mujer demasiado bella. Los niños ríen con el hombre vestido de blanco; bueno, de verde. Y, sobre todo, los niños hacen las preguntas correctas: “¿Por qué había un hombre haciendo de madre?”, se lanza un chico de delante en cuanto el coreógrafo pone el micrófono a disposición de una sala ávida de preguntas y respuestas. Volvemos a salir a la vorágine de un sábado por la tarde, en pleno diciembre. Muchas tiendas siguen abiertas aún. Ruido, locura. «Mamá, ¿Pulcinella es amable o es pícaro?», me pregunta el angelito. Exhala aire frío y vuelve a preguntar: «Y ahora, vamos a MacDonalds?» Vuelta a la tierra…
L'Express • diciembre de 2004
 
El Pulcinella de Malandain […] mantiene la vivacidad, el libertinaje y la picaresca del personaje sin caer en la parodia o en lo grotesco. […] ¡Pura commedia dell’arte!
Ballet2000, Sonia Schoonejans • junio de 2001
 
Pulcinella es una comedia ligera. […] Los bailarines, vestidos de rosa pálido, de verde y de gris, interpretan la coreografía con ligereza, mucho encanto e ingenio.
The Arts Cure, Etats-Unis • enero de 2003

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