Créé
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el 2 de enero de 1994 en el Centro Cultural de Saint-Etienne, para la compañía Temps Présent
Nouvelle Production
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para el Ballet Florida el 7 de septiembre de 2001, en la Gare du Midi de Biarritz
Musique
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Serge Prokofiev
Chorégraphie
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Thierry Malandain
Décor et costumes
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Jorge Gallardo
Direction de la production, conception lumière
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Jean-Claude Asquié
Coproducteurs
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Ballet Florida • Malandain Ballet Biarritz
Ballet
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para 18 bailarines
Durée
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75 minutos
Nota de intención
Danilo, joven artesano, sueña con tallar en malaquita los objetos más perfectos y más naturales. La leyenda dice que la Reina de la Montaña de Cobre posee el secreto para lograrlo. Y que quien la encuentre será iniciado en el secreto. A pesar de la perspectiva de comprometerse en matrimonio con Katerina, Danilo no consigue olvidar su búsqueda. En cambio constante porque nunca está satisfecho, el ser humano siempre está buscando imágenes nuevas de sí mismo y lo expresa a través de su deseo de ser otro o de ser mejor. El cuento de la Flor de piedra y la búsqueda de Danilo ilustra esa tendencia y subraya que el arte exige muchos sacrificios. Sabemos, al hilo de la literatura abundante existente, que los cuentos ofrecen múltiples interpretaciones que pueden ser de orden psicoanalítico, simbólico, poético e incluso histórico. En el caso de la Flor de piedra es evidente que bajo la figura de Danilo subyace el propio Prokofiev, luchando por el amor a su música en contra de los dictados de un régimen opresor. Y la Reina de la Montaña sería un Hada, representación mágica que el autor hace de Stalin. El Hada o mujer fantástica es la personificación del elemento femenino, de la psique masculina que Jung denomina Anima. En ese sentido, la búsqueda de Danilo se asocia asimismo a la búsqueda de la perfección del ser. La piedra es el ser más íntimo que cada cual debe tallar y, posteriormente pulir, para lograr la plenitud. Dejar la superficie terrestre y entrar en el reino de la Reina de la Montaña es sumergirse en el inconsciente para renacer a la vida. Dicha noción de descenso a las entrañas de la tierra está presente en el mito de Orfeo y, asimismo, en la expresión de un ritual iniciático arcaico por el que el adolescente debía pasar una noche aislado en el interior de una cueva para entrar en la madurez a primera hora de la mañana. Por ende, este cuento, como tantos otros, está abierto a infinidad de interpretaciones. Aún a riesgo de pecar de falta de exclusividad, me he inspirado en dicha diversidad de fuentes y, al mismo tiempo, he querido respetar el tono de la partitura.
Thierry Malandain