Un fauno descansa sobre una roca cuando aparecen unas ninfas. Intrigado, las observa y brinca cerca de ellas. Las ninfas se asustan y huyen. Todas menos una, que se deja cortejar. Cuando el fauno intente atraparla, la ninfa se aleja dejando caer un velo de seda. El fauno le recoge, lo lleva a su roca y se abandona a él como en un acto de amor.
Del argumento recuerdo fundamentalmente el deseo del fauno y la expresión de su sensualidad en el sueño y el fantasma. Mi propuesta no hace referencia a la Grecia antigua ni a sus paisajes silvestres, por lo que la roca el la que se refugia ya no es el túmulo pintado por Léon Bakst sino una caja de pañuelos de papel. Debido al carácter trasgreso de la coreografía y, asimismo, a los gestos de « bestialidad erótica » efectuados por Nijinski, la primera representación fur interrumpida por el barullo causado por el público. Ese placer carna es la esencia misma de la obra : al igual que el original, mi fauno evoluciona en un mundo fantasmagórico y sensual. Salvo que no se trata de una criatura legendaria, mitad hombre, mitad bestia, sino de un joven solitario que vierte su deseo sobre un recuerdo borroso del amor.
Thierry Malandain
creado el 21 de enero de 1995
a l’Esplanade de Saint-Etienne
música Claude Debussy
coreografía Thierry Malandain
decorado y vestuarios Jorge Gallardo
diseño de iluminación Jean-Claude Asquié
duración de la obra íntegra 10’
ballet para 1 bailarín