Mozart à 2

En 1997, algunas páginas extraídas de los conciertos para piano de Mozart permitieron coreografiar los dúos de un ballet llamado « Bal solitude ». Se trataba entonces de recorrer los episodios amorosos dentro del contexto de un baile de salón. Un lugar propicio para una fiesta, pero revelador de soledades cuando el amor no rima con « siempre ». Es esta fisonomía cambiante de un sentimiento, que se mide a veces a través de la amplitud de su ausencia, lo que deseamos abordar en « Mozart a 2 ».

Thierry Malandain

Mozart a 2 es una auténtica maravilla. Se baila al genio de la música en pasos a dos muy oníricos, desbordantes de energía. Esas variaciones extrañas o patéticas sobre la pareja conservan la pasión intacta eternamente. En una renovación incesante, las parejas expresan la eclosión tierna de una simbiosis, o dan fe de más carácter e intensidad dramática.

Le progrès, N.D • febrero de 2007

En Mozart a 2, hemos podido apreciar el riesgo, la profundidad, la originalidad y la inagotable expresión visual del cuerpo cuando es agitado por la mejor música y una coreografía extraordinaria. Las cuatro parejas sobre el escenario […] danzan los adagios de los conciertos para piano, desbordantes de delicadeza, de reencuentros, de distancias, de amabilidad, de apego, de afecto. […] La expresión está hecha de pasos bien construidos, con grandes elevaciones, de recursos al más puro estilo clásico, y de gestos muy originales como la ligera mordedura en las vestimentas, siempre al servicio de la pasión y de les relaciones más íntimás.

Diario de noticias, Teobaldos • febrero de 2007

Mozart a 2 es una suita de dúos de amor. El estilo de Malandain es evidente, aunque en ciertas ocasiones los bailarines pueden dejarse llevar por el movimiento y el instante del ballet y parecer demasiado estáticos. Pero éste es un detalle nimio comparado con la bellaza de esa obra rápida y fluida, cincelada de principio a fin con pequeños pasos inventivos.

Dance Europe, François Fargue • octubre de 2007