Magifique

Puesto que todo espectáculo se nutre de experiencias al mismo tiempo que inventa, Magifique, creado sobre las suites orquestrales de La bella durmiente del bosque, El lago de los cisnes y Cascanueces, todas ellas de Tchaikovsky, se presenta como nexo de unión entre la real y lo imaginario, entre pasado y presente. En un decorado de país de ninguna parte, podría tratarse de un cuento en el que los héroes y sun infancia hacen frente a una serie de pruebas, recorren comarcas vigiladas por sombras magnificadas. Nada de talismanes sino espejos capaces de reflejar la danza y lors recuerdos de la infancia bajo la « varita mágica del arta. »

Thierry Malandain

Extraída de sus recuerdos personales y arrullada por la música de Tchaikovsky, Malandain firma une de sus creaciones más bellas : el coreógrafo asigna a cada suite de Tchaikovsky, fragmentos de su memoria ofreciendo, de ese modo, el retrato veraz de un hombre cultivado. Simple y eficaz. […] Thierry Malandain trasciende su gesto, clásico a fin de cuentas, para reinventarse al hilo de sus recuerdos. […] Es « magífico », realmente.

Les Echos, Philippe Noisette • 17 de diciembre de 2009

Con Magifique Thierry Malandain da un paso más, dando prueba de madurez y constancia en sus líneas coreográficas, que se nutren del clasicismo, por el contrario, menospreciar la contemporaneidad. […] Un espectáculo a medio camino entre la magia de la danza y la magnificencia de un trío de cuentos de hadas, danzado maravillosamente por Malandain Ballet Biarritz.

El Diario Vasco, Iratxe de Arantzibia • 13 de diciembre de 2009

Los conjuntos perfectos ofrecen una simbiosis corporal plena, de la que bailarines y bailarinas se separarán para expresar su individualidad con voluptuosidad. […] Lo que queda es la reflexión de Malandain, de una hora y media, sobre la magia de la danza, una poesía delicada cuyas grietas son representadas con dulzura. Une ovación que resonó largamente en una sala cuyas butacas estaban ocupadas en su totalidad.

Generalanzeiger Bonn, Elisabeth Einecke-Klövekorn • 5 de enero de 2010

Juegos creativos, en definitiva, de un gesto que conoce a sus clásicos al tiempo que genera une labertad embriagadora en los dúos y los corales. Pero todo ello sería un simple ejercicio de estilo, o puro divertimento, si no se descubrieran también los « yo » conmovedores del coreógrafo. Del niño asombrado por los cuentos al adulto abandanado a la magia del « yo recuerdo ». Unidos en unmismo momento por el poder « magífico de la creación.

Danser, Isabelle Calabre • febrero de 2010