La Bella y la Bestia

Sin ahondar en todas las interpretaciones del cuento, se puede identificar un relato iniciático que pretende resolver la dualidad del ser: la Bella encarna el alma del ser humano y la Bestia su fuerza vital y sus instintos. Con Jean Cocteau, cuya película se estrenó en la gran pantalla en 1946, la mirada se dirige a la representación de los demonios interiores del artista a través de la doble naturaleza de la Bestia. Unidad perdida o naturaleza humana desgarrada; en cualquier caso, con partitura de Tchaïkovski, en nuestra propuesta la Bestia, liberada de sus demonios interiores, se casará con la Bella bajo un sol ardiente.

Thierry Malandain

El espectador tiene el alma en vilo durante el dúo que enfrenta a dos seres tan dispares, conmocionado por la delicadeza con la que sus sentimientos evolucionan suavemente, de la bestialidad a la ternura y a la sensualidad, el sufrimiento de la bestia, su temor a dejarse domar y el temor de la bella a ser conquistada, allende los criterios normales de la seducción. […] De la Bella y soberbia Claire Lonchampt, surgida de un álbum romántico, al sorprendente Mickaël Conte, Bestia poderosa con unos saltos impresionantes y un sufrimiento contagioso, a quienes se suma la precisión exquisita de Arnaud Mahouy y la fuerza expresiva de Frederik Deberdt, padre de la Bella. El neoclasicismo se manifiesta en el estilo de los portés, el diseño de los conjuntos, la calidad del vestuario -elegantemente tradicional-, e incluso en la inclusión de varias puntas para la menuda Patricia Velázquez, en su papel como Amor.

Concertclassic.com, Jacqueline Thuilleux • 14 de diciembre de 2015

Le Figaro, Ariane Bavelier • 20 de diciembre de 2015

Escenografía minimalista para una coreografía virtuosa. Así es la nueva versión de La Bella y la Bestia firmada por Thierry Malandain […].

Résidences-décoration.com, Serge Gleizes • febrero de 2016