Presa de sus estados de ánimo, en Los Nocturnos -21 obras para piano compuestas entre 1827 y 1846- Fréderic Chopin expresa las penurias del amor con la profundidad de su naturaleza melancólica. Esa preponderancia de un sentimiento cubierto de un velo oscuro, el gusto por lo mórbido, el romanticismo negro y “gótico” cultivados por Chopin y por otros románticos supuso un acercamiento hacia las danzas macabras, tan populares al final de la Edad Media. Generalmente se trataba de pinturas murales que representaban una serie de personajes de ambos sexos, de cualquier edad y condición y cada uno de ellos era llevado al descanso eterno por un esqueleto, esqueleto que no representaba a la Muerte sino al muerto, es decir, era la imagen póstuma de ese ser vivo. Más allá de la idea de unir dos cosas tan dispares como la danza y la muerte, las danzas macabras simbolizaban el paso del tiempo y mostraban el modo en que la Muerte une fraternalmente a seres de toda clase y condición. Vestigio de “un día negro más triste que las noches», como dijera Charles Baudelaire, Nocturnos se presenta como un fresco, como un sueño aplastado bajo el peso de una melancolía eterna. Thierry Malandain
Creado el 8 de noviembre 2014 en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián en el marco del proyecto Ballet T
Primera representación en Francia el 15 de noviembre 2014 en la Opéra de Reims
Música Frédéric Chopin
Coreografía Thierry Malandain
Diseño iluminación Jean-Claude Asquié
Vestuario Jorge Gallardo
Realización vestuario Véronique Murat
Coproducción
Teatro Victoria Eugenia Donostia / San Sebastián – Ballet T • Opéra de Reims • Centre Chorégraphique National d’Aquitaine en Pyrénées Atlantiques - Malandain Ballet Biarritz
Ballet para 22 bailarines
Duración : 28’