Blé noir Thierry Malandain


Blé Noir, un paso a dos con forma de cuento. Un embuste, una travesura surgida de la nada. La historia de una joven novia que en lugar de seguir a sus pretendientes al altar, les lleva al cementerio.

Thierry Malandain    


Creada el 21 de diciembre de 1995

En el Esplanade de Saint-Etienne

 

Música música tradicional bretona

Coreografía y vestuario Thierry Malandain

Decorado Sean Wood

Diseño de iluminación Oswald Roose

 

Duración integral de la obra 15’

Ballet para 2 bailarines

 

Artistas coreográficos Valérie Hivonnait e Isaías Jauregui

 

Realización del vídeo Georges Flores


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“Los dos jóvenes protagonistas interpretaron los movimientos vivos y enérgicos de la obra con brío y expresividad e hicieron gala de un complicidad y de una claridad convincente en sus movimientos. Esta coreografía particular, construida sobre música popular bretona, estuvo acompañada de otra coreografía muy bella, típica de los salones de danza antiguos, e ilustrativa de diversas situaciones paradójicas entre los participantes. Al efecto, utiliza un tono simple, accesible, lleno de humor… Los jóvenes intérpretes del Ballet Biarritz Junior logran aquí un trabajo impecable y, más allá de su dominio técnico, demuestran una expresividad clara y abierta. Interpretan alegremente sus personajes divertidos y, así, obsequian al público con sus líneas rigurosas pero, sobre todo, con una interpretación rebosante de libertad despreocupada…»

El Diario Vasco, Ana Remiro, mayo de 2007

«El Centro Coreográfico Nacional Thierry Malandain abrió el baile con una obra corta pero deliciosa titulada «Blé noir». […] Sin palabra alguna, dicha obra de danza narra con el gesto la historia de una joven prometida que antes de las nupcias lleva a sus pretendientes a la tumba haciéndoles comer… ¡tortas! El sainete, muy original, zambulle al público en un universo extraño, a medio camino entre la tradición y la modernidad. […] El tono juguetón de esta obra corta, un poco diabólico, a cargo de bailarines-actores con mucho talento, embrujó literalmente al público de Pont-l’Abbé.»

Le Télégramme, 17 de enero de 2010